«Zas, Zas, zas». Ya eran las 11:15 del 12 de septiembre cuando se volvieron a apagar las luces del teatro Luchana de Madrid para presentar «Las aventuras de Crispina y Molinilla», dos pequeñas amigas que quieren cumplir su sueño de ser parte de un concurso de talentos. En medio del escenario, una pantalla mostraba a Tusito, el gato de Crispina, quién hackeó el sistema para que no pudieran presentarse. De repente, el espacio volvía a iluminar la sala y apareció en escena una niña que buscaba por todos lados a su despistada compañera de boina azul. Acto seguido, las apodadas «ardillas traviesas» causaron los aplausos y las risas de decenas de asistentes que se habían acercado ese domingo para ver la función y así ser partícipes de una gran historia en la que ambas se sacaban de quicio, pero sin dejar de demostrar su complicidad. Con tan sólo 8 años de edad Crispina y Molinilla han dado lecciones sanadoras a muchos niños a través de sus cuentos, sus juegos, sus ingenios y sus canciones. La obra teatral dirigida por Marta Plumilla está protagonizada por Inés Alba y Jenni Casado, dos jóvenes con una alta capacidad para emocionar a todo aquel que pueda sumergirse en dos personajes que fueron creados de cero. Todo ello en una época en la que los teatros atravesaban su peor momento.
La música es una aliada más en una obra enfocada en la amistad de Crispina y Molinilla, dos amigas de todos esos niños que no dudan en comprar su entrada para asistir al teatro Luchana. Los domingos de septiembre y octubre muchos podrán conocer a dos pequeñas traviesas diferentes, únicas y auténticas, las mismas que aportan mensajes concienciadores por medio de 10 canciones que han sido compuestas por Inés Alba. La actriz de doblaje ha perfilado a un personaje que conquista al público nada más conocerla por sus travesuras, sus despistes, pero especialmente por su dulce voz para cantar y emocionar al público presente. A ella le acompaña en escena Jenni Casado, una intérprete capaz de irradiar su energía más positiva al ir al compás en los movimientos de cada tema musical. Desde «Ven al teatro» a «Sombras, sombras», «Puedes leer», «Todas y todos tenemos miedo» o «Único/ Única», una canción basada en la aceptación de todas las personas y en no avergonzarnos por poseer características distintas a las del resto. Este proyecto está dedicado a todos los públicos ( a partir de los 2 años de edad). Los niños, los padres, las madres, los abuelos, e inclusive todos los jóvenes que acudan; no podrán evitar reírse con sus peripecias. Tras asistir el pasado domingo del mes de septiembre, confirmamos que a más de un asistente se le erizó la piel al escuchar el trasfondo de cada estrofa musical. Por ende, «Las aventuras de Crispina y Molinilla» es una pieza teatral que no necesita grandes artefactos, ni efectos asombrosos para atraer a la audiencia infantil sin olvidarse de las mamás, los papás y los educadores, así como de todas las personas que quieran pasar un rato ameno, pues: ¿Qué mejor que volver a retroceder en el tiempo a esa infancia en la que la magia y las buenas acciones eran las principales protagonistas de los cuentos?
Mensajes inclusivos incorporados en los diálogos y especialmente en las canciones que Crispina y Molinilla poseen como candidatas para presentarse en el concurso «Pequeños Talentos». Cuentos transformados en los que no todos los príncipes y princesas tienen que seguir los mismos estereotipos y en los que el mítico patito al que otros discriminan es el que mejor sabe nadar. «Las aventuras de Crispina y Molinilla» deja un gran sabor de boca al público al encontrarnos ante una obra que da utilidad a las nuevas tecnologías y nos permite inventar nuestras propias historias adaptadas a situaciones clave de la vida real sin tener que recurrir a los clásicos. Inés Alba y Jenni Casado son la cara visible de un proyecto teatral que da pie a la improvisación al conseguir que el público interactúe en sus escenas y pueda escoger su canción favorita. Son demasiadas las lecciones que dejan este par de ardillas traviesas todos los domingos de septiembre y octubre en el teatro Luchana. Entre ellas, las protagonistas destacan que las familias monoparentales son igual de válidas que las más convencionales. Todo por medio de marionetas que sacan al escenario. Tampoco se olvidan de la necesidad por enseñar a reciclar para cuidar nuestro planeta o esas emociones y sentimientos como el miedo que todos tenemos, aún siendo ya adultos. En este acto también está presente la igualdad, así como la unión para erradicar factores que comienzan desde la infancia como el bullying mediante el respeto. Finalmente, Crispina y Molinilla son esas amigas que a todos nos hubiera gustado tener cuando éramos pequeños por ser esas voces de la conciencia que ayudan a a los niños a disfrutar, reír, crear, jugar, pero especialmente a querer a los demás y amarse a sí mismos.