‘¡Oh Mami!’: Una comedia que ensalza el despertar sexual femenino

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Un cartel con luces a la entrada del Teatro Amaya de Madrid anticipaba ya el final feliz de ‘¡Oh Mami!‘, una comedia que goza de una trama con unos diálogos que permiten que los asistentes salten de la silla en más de una ocasión por su potente capacidad para hacer llorar, pero de la risa. La obra de teatro creada por Oriol Vila y Raquel Salvador es una exquisitez visual que presenta una alocada situación en un momento de crisis. Todo ello en una lucha por descubrirse a uno mismo y dar prioridad a lo que verdaderamente nos hace felices. Poco algo más del estreno en Madrid ese 3 de septiembre, los protagonistas volvieron el 12 de septiembre a hacer acto de presencia sobre un escenario decorado con colores pastel con motivo de la pastelería que tres amigas regentaban. Eran las 18:00 de la tarde de un domingo que intentaba despedir el caluroso verano cuando más de un centenar de personas de diversas edades se transportaron a una historia basada en un negocio de cupcakes que atravesaba su peor momento.

¡Oh, mami!, una comedia que garantiza las risas.

En escena aparecen las ganas por salir adelante, por no derrumbarse pese a las adversidades, pero especialmente la necesidad por derribar algunos de los tabúes que tenemos insertados como sociedad. A través de Maribel (Marian Hernández), el espectador comienza a ser testigo de un negocio totalmente transformado. El objetivo es marcar la diferencia respecto a otras pastelerías, innovar, y por supuesto, cubrir esos placeres sexuales que dejan los dolores de cabeza a un lado. El altillo de la aparente pastelería de cupcakes es el lugar en el que Jordan (Octavi Pujades) comienza a dar masajes a mujeres que encuentran en sus manos la medicina perfecta. De repente, la clientela comienza a subir como la espuma y requiere de la ayuda de Dimas, un rockero frustrado que no ha encontrado aún estabilidad laboral. A ellos se suman lo personajes interpretados por Joana Vilapuig (‘Pulseras Rojas’) y Betsy Turnez (‘Merlí’), dos mujeres totalmente distintas que tienen sus propios conflictos consigo mismas, pero que encuentran en ‘¡Oh, mami!’ el placer y el progreso laboral. No todo es perfecto en la más joven de las amigas al haber vivido atada a un marido que sólo la quiere para el cuidado de sus hijos y no la valora como mujer, pero no tarda tiempo en sumarse a las ideas disparatadas de Maribel que son respaldas por la amiga que pasó de decir palabrotas a atender a sus clientes con una sonrisa de oreja a oreja.

¡Oh, mami!, la comedia creada por Oriol Vila y Raquel Salvador.

Una hora y media de risas, de momentos rocambolescos, de personajes que aparecían caracterizando a otros como la señora que iba con frecuencia a por porras, las amigas de Maribel de pilates o la mujer misteriosa que se hacía pasar por otra por miedo a lo que pudieran opinar de ella. ‘¡Oh mami!’ es un gran ejemplo de que el teatro es seguro y necesario, pero también una terapia que permite al público escapar de sus más recientes preocupaciones. Es indispensable aplaudir a cada uno de los intérpretes de esta obra que tiene colgado su cartel en las mejores estaciones madrileñas, pero sin dejar pasar por alto a la compañía Nico & Sunset formada por Oriol Vila y Raquel Salvador al dar el pistoletazo de salida en Madrid a una historia cómica, inverosímil por momentos, pero con mensajes que llegan a las conciencias de todos los asistentes. Un despertar sexual de la mujer que rompe con los estigmas y con la imposición del patriarcado. Una pieza teatral que no vale sólo para el entretenimiento, sino que deja mensajes de trasfondo para pensar y querernos a nosotras mismas. Seguramente nadie que haya visto la obra se rehusaría a pedir un cupacke de arándonos de manitowok.

Agradecimientos a La Cultura a Escena por la acreditación y a Silvia Mazuelas por sus aportaciones.

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