Ahora que ya ha dejado de ser un secreto solo nos queda esperar a que llegue la hora para que estrenen la tercera temporada de ‘Estoy Vivo’. RTVE volverá a apostar por una de las mejores ficciones de los últimos tiempos pese a que su segunda temporada haya obtenido números de audiencia más bajos que en su primera parte. Una vez más, el público ha hablado y ha demostrado su amor hacia la creación de Daniel Écija. Nadie quiere desprenderse de una historia sobrenatural que ha dado tantos giros inesperados.
La trama de ‘Estoy Vivo’ no puede acabar con una especie de ente hostil contemplando la última escena. Los espectadores necesitan que Susana (Anna Castillo), Bea (Lucía Caraballo) y Laura (Cristina Plazas) sepan la verdadera identidad del inspector Márquez (Javier Gutiérrez) con un emotivo reencuentro en el que sea imprescindible hacer uso de los pañuelos. Por su parte, Iago (Alejo Sauras) merece ser feliz junto a esa mujer que ha conocido en el mundo humano y dejar atrás sus obligaciones como el Enlace DH65.
Si la primera temporada de ‘Estoy Vivo’ nos dejó casi sin respiración, la segunda remarcó en mayor medida la tensión, la emoción, el misterio y el humor, esos conceptos que se entremezclaron desde el principio en una trama que sorprende con cada capítulo. Mucho se habla de audiencias durante su emisión en televisión, pero poco de los datos que ha registrado la serie en RTVE a la carta. La muerte no alcanza a la ficción protagonizada por Andrés Vargas, ese hombre que muere a causa de un error de la Pasarela y regresa a la Tierra con el cuerpo de Manuel Márquez.
‘Estoy vivo’ ha resistido con más de un millón de espectadores en su capítulo final, pero miles de seguidores han decidido darle una oportunidad en diferido. No por no ver una serie española en su noche de emisión significa que no se valore su calidad o sus giros de tuerca en la historia. Los tiempos han cambiado y la forma de consumir contenidos audiovisuales también. Aún así sorprende contemplar las redes sociales debido a que los comentarios sobre esta ficción española están llenos de adjetivos positivos.
Su segunda temporada solo nos confirmó que no pararemos de sorprendernos con la creatividad y el esfuerzo del equipo de ‘Estoy Vivo’ , quién siempre ha logrado que nos quedemos con los ojos abiertos y con el corazón palpitando a mil por hora cuando los protagonistas están en peligro. Cada capítulo está mejor contado que el anterior y cada final apotéosico anuncia un comienzo de temporada mucho más potente. Si en la primera parte, nos dio miedo el Carnicero de Medianoche, en la segunda los fantasmas fueron los protagonistas principales.
El tiempo es humo e incierto y sino que se lo pregunten a Márquez y a Iago, quiénes volvieron a la Tierra después de haber estado unos minutos escasos en la Pasarela. En el universo habitado por una comisaría de policías como Santos (Fele Martínez), David (Alfonso Bassave), Susana Vargas (Anna Castillo), María (Goizalde Nuñez) había pasado un año y medio desde que ellos desaparecieron sin dejar rastro. Su regreso ocasionó que ambos tuvieran que volver a luchar, una vez más, por sus dos grandes amores sin poder confesar sus verdaderas identidades.
Sin lugar a dudas, esta temporada ha sido la de Iago, más conocido en la Pasarela como el Enlace DH65. El personaje interpretado por Alejo Sauras volvió al mundo de los humanos con una misión que culminaría con una guerra entre esos hostiles que supuestamente estaban muertos del todo y esos fantasmas a los que les quedaban cuentas pendientes. Lo que no sabía es que conocería su pasado como ser humano y a sus propios seres queridos. Y mucho menos que su padre sería el líder del lado oscuro.
Otra de las grandes tramas de esta temporada ha sido la de Laura (Cristina Plazas), esa mujer de Andrés Vargas que se casó con Santos sin amarlo y que empezó a tener sus sospechas con Manuel Márquez. Han sido varias las escenas entre los personajes de Cristina Plazas y Javier Gutiérrez con las que los espectadores han llorado en esta segunda tanda de capítulos. Muchos esperan que en la tercera temporada las tres mujeres Vargas conozcan por fin la verdadera identidad de ese inspector que lucha contra asesinos y hostiles. Por su parte, Iago también ha sufrido mucho por no poder decir a Susana su verdadero origen y correr el riesgo de perderla para siempre.
«Todo está conectado. Lo que vino y lo que está por venir». Las despedidas son promesas de reencuentros emotivos y algunos no tan deseados. En la tercera temporada volverá el mal, pero los buenos tendrán otra vez las agallas como para hacerle frente, aunque no cuenten con los refuerzos suficientes. La única certeza que tienen tanto sus protagonistas estrella como los espectadores es la siguiente: Cuando el amor es grande das tu propia vida si es necesario para que se mantenga vivo, aunque solo sea en el recuerdo.