«Aikido» . El plan de Berlín era perfecto en esas escenas en las que los aliados del Gobierno ayudaron a los atracadores de forma inconsciente a que ganaran tiempo para llegar al corazón del Banco de España. Centenares de lingotes de oro y los secretos de los altos cargos españoles les esperaban detrás de una cámara metálica casi indestructible. Una batalla ganada para una guerra que estaba a punto de comenzar cobrándose la salud de Nairobi, la puta ama del «matriarcado» en todas las temporadas, así como la protagonista del proceso de falsificación de billetes en la Fábrica de Timbre y Moneda.
«Bum Bum Ciao» eso pudieron decir esos atracadores con monos rojos y máscaras de Dalí hasta los dos últimos capítulos de la tercera temporada de ‘La Casa de Papel’. Lo que parecía un cálculo exacto y un nuevo ataque histórico se convirtió en cuestión de segundos en una guerra en la que nuestros protagonistas iban a la deriva; desesperados por el giro de tuerca que había liderado Alicia, una inspectora sin escrúpulos. La gran diferencia respecto al plan del profesor era que los nuevos mandos policiales no tuvieron en cuenta el riesgo que corrían los rehenes y atacaron al enemigo a bocajarro; sin tener en cuenta las vidas de todos los inocentes que habían tenido la mala suerte de no estar en el lugar indicado.
Pese a la llegada de villanos policiales en ‘La Casa de Papel’, quiénes deseaban ganar la partida al profesor y a su banda a cualquier precio, los atracadores volvieron a meterse en el bolsillo al pueblo; quién lejos de quedarse en sus casas y escuchar por terceras personas las últimas novedades del atraco al Banco de España optaron por estar presentes y manifestarse a favor de los protagonistas de esta historia. En ocho episodios hubo tiempo para esos flasbacks que posibilitaban que fuéramos testigos de nuevo de la personalidad arrolladora de Berlín (Pedro Alonso), ese delirante propulsor de un asalto que encabezaría desde dentro su gran amigo Palermo y que sería mucho más peligroso que el ideado por su propio padre.
En ‘La Casa de Papel’ hubo espacio para mezclar ficción con realidad ocasionando que los fans de la serie más vista en Netflix de habla no inglesa también se sintieran representados. Los propios protagonistas demostraron desde el principio su orgullo por haber transformado un atraco en un acto heroico contra el patriarcado, la corrupción, la hipocresía y el sistema. Ellos abrieron los ojos a todos los que callaban sus inconformidades por miedo, generaron caos en tiempos en los que el poder actuaba sin contemplaciones y fueron revolucionarios pacíficos que revolucionaron a sus habitantes para dar paso a cambios profundos.
Esta tercera temporada tuvo dos noticias. La mala fue que el Banco de España estaba sufriendo un atraco y la buena que los atracadores eran los mismos que no hacían uso de la violencia para cumplir sus objetivos. Todos se pusieron en el punto de mira de los policías tras haber regresado de sus vacaciones con el fin de rescatar a Río (Miguel Herrán), quién estaba siendo torturado en una cárcel sin saber dónde estaba El Profesor. Tokio (Úrsula Corberó) fue clave para que la banda volviera con un atraco en homenaje a Berlín que daba menos de un 40% de garantías de que todos salieran ilesos.
Solo hay una certeza respecto a esta ficción española que tuvo una segunda vida gracias a Netflix: la tercera temporada ha dado rienda suelta a una cuarta. Todavía quedan demasiados cabos sueltos y algún que otro misterio que resolver como la aparición de la supuesta rehén interpretada por Belén Cuesta, actriz que en ‘Paquita Salas’ se mete en la piel de la mano derecha de la peculiar representante. También desconocemos las verdaderas consecuencias del disparo que ha sufrido Nairobi y cómo actuará El Profesor desde que cree que Lisboa (Itziar Ituño) ha sido asesinada por sus enemigos; al igual que su padre y su hermano Berlín.
Los fans de los atracadores más queridos de la historia no están dispuestos a sufrir una muerte más. La mayoría desea que Nairobi se recupere, que Lisboa vuelva a los brazos del profesor como Río lo hizo y que los policías paguen por todo el dolor que han causado. La realidad es que el final de temporada no pinta muy bien y la inspectora Alicia tiene un secreto que ha ocultado. Quizás el bebé que espera esté fuertemente vinculado con alguno de los atracadores y quiera vengarse con mayor motivo de todos ellos. O quizás no. La única certeza es que a los espectadores de ‘La Casa de Papel’ se les va a hacer cuesta arriba esperar un año para conocer el resultado del inteligente golpe al Banco de España.