Se acabaron los tiempos en los que nos limitábamos a elogiar los contenidos audiovisuales extranjeros y no valorábamos las series españolas que se emitían en televisión. Netflix ha sido una de las plataformas que ha roto con esos clichés que afectaban en gran medida a esos creadores, productores y guionistas, quiénes hacían hasta lo imposible por ofrecer ficciones de calidad.
En el mundo entero cada vez es más alto el porcentaje de los espectadores que conocen las series españolas y se enganchan a ellas pidiendo su continuación a través de las redes sociales. Por fin hemos dejado atrás los prejuicios que se tenían sobre el producto «made in spain». Esto se lo debemos en gran medida a creadores, productores y directores de cultura televisiva como Daniel Écija (‘Estoy Vivo’), Álex Pina (‘La Casa de Papel’), así como los hermanos Javier y Pablo Olivares (‘El Ministerio del Tiempo’).
La realidad de los últimos años es que los espectadores hemos podido disfrutar de series españolas cargadas de realismo social y estas ficciones se han contemplado de forma simultánea en cadenas generalistas dentro de la televisión y en esas plataformas de pago que las han permitido llegar a los hogares de continentes como Latinoamérica. Ya no es extraño que dos mujeres se quieran, se besen y luchen por su amor. Lo hemos visto en la primera producción de España para Netflix, ‘Las Chicas del Cable’, lo hemos comprobado en ‘Amar en tiempos revueltos’ o en la última ficción inclusiva de RTVE, ‘La Otra Mirada’.
La evolución de las series españolas ha sido como un gigante que poco a poco ha conquistado los corazones de más de medio mundo. Mientras que a finales de los 90 y principios del 2000 solíamos disfrutar de comedias ambientadas en las rutinas de sus protagonistas como ‘Aída’, de familias con las que nos identificamos como ‘Los Serrano’, de amores de adolescentes como ‘Al salir de clase’ o de policías como ‘Los Hombres de Paco’, en la actualidad existen nuevas temáticas que han aportado un valor positivo a los contenidos hechos en España.
Las relaciones sentimentales y afectivas siguen siendo un factor muy importante para que las series españolas o de otros países enganchen a los espectadores todas las noches o en todos sus capítulos, pero ya no son la causa principal. Solo es necesario recurrir a ficciones como ‘El Ministerio del Tiempo’, una ficción que nos ha dado a conocer la historia de España a través de La Patrulla, un grupo de agentes que pertenecen a líneas temporales distintas. También podemos hablar de ‘Estoy Vivo’, la creación de corte sobrenatural que recalca la importancia de la familia, pero en la que se resalta la guerra entre humanos y entes hostiles.
Para hablar de series españolas que han sido un éxito dentro y fuera de España es imposible no acordarnos de esos protagonistas legendarios vestidos con monos rojos y máscaras de Dalí que encabezaron el atraco a la Fábrica de Moneda y Timbre siendo conscientes de que se podrían meter en el bolsillo a los espectadores. ‘La Casa de Papel’ no solo ha sido la ficción de habla no inglesa más vista de Netflix sino que ha dado un mayor prestigio a los contenidos audiovisuales procedentes de España. Y pensar que ella y ‘Vis a Vis’ solo se iban a quedar en la memoria colectiva de unos pocos sino se hubieran emitido en grandes plataformas y si en el caso de la segunda no hubiera sido resucitada por FOX.
Si se emiten en televisión muchas de ellas sobreviven con un sistema para medir audiencias que aún no ha viajado a la época actual. Si comienzan en plataformas como Netflix, HBO o Movistar + tienen la posibilidad de ser vistas por personas de diferentes partes del mundo al mismo tiempo. Si logran superar sus tres capítulos en emisión tienen posibilidades de ser renovadas gracias a todos esos seguidores que han dejado de ser sujetos pasivos y han comenzado a luchar a través de las redes sociales por la vida de sus series españolas favoritas. Todos ellos están orgullosos de los cambios positivos que está presentado la ficción y nunca dejarán de alzar sus voces para su longeva supervivencia.