Tres años antes de dar vida al caótico plan de Berlín (Pedro Alonso) de atracar el Banco de España, Agatha Jiménez era una mujer sin escrúpulos cuando se trataba de cometer ilegalidades y coronarse como la mejor falsificadora de billetes que se podría encontrar una mente brillante como El Profesor (Álvaro Morte). Aparentemente Nairobi era un personaje frío, calculador y con dos ovarios suficientes como para que nadie le pasara por encima, pero detrás de ese caparazón fuerte e inquebrantable se ubicaba un corazón que vale más que todos los lingotes de oro juntos. Entre los legados que nos ha dejado la atracadora interpretada por Alba Flores destacamos algunos de las cuatro temporadas de ‘La Casa de Papel’.
Nairobi pasó de generar miedo a ser esa atracadora vestida con mono rojo y máscara de Dalí que todos quisiéramos tener en caso de ser víctimas de un atraco. Siempre fiel a sus principios, con una ideología admirable, libre en sus pensamientos, aunque no pudiera ser feliz al completo. A causa de su vida equívoca a los ojos de las propias autoridades, le arrebataron de los brazos a su tesoro más preciado: su hijo. Su objetivo tras salir airosa del plan consistente en ocupar La Fábrica de Timbre y Moneda para falsificar en tiempo récord los billetes y después escapar hacia un viaje lleno de comodidades no era otro que recuperar a su niño y poder darle la vida con la que soñó para él.
Una de sus primeras aliadas fue Tokio (Úrsula Corberó), aunque su primera escena no fuese del todo amigable. Enseguida ambas forjaron una amistad indestructible que iba mucho más allá de los intereses económicos y de la necesidad por exaltar sus egos. Nairobi demostró ser casi una hermana para una mujer que en sus momentos de debilidad y de no saber coger las riendas recibió los mejores consejos de la gran falsificadora de billetes. “Eres libre de irte de fiesta, de irte de una isla y del planeta si te apetece”. Esas palabras salieron del personaje interpretado por Alba Flores hacia el caracterizado por Úrsula Corberó en un momento en el que Tokio sentía culpa por haber dejado atrás a Río (Miguel Herrán).
Con un sentido del humor capaz de hacernos reír hasta en los momentos de máxima tensión y extremada acción, con unas lecciones que levantan la autoestima a sus compañeros y que consiguen dejar mal a sus enemigos, Nairobi se ha metido en el bolsillo a la opinión pública y a todos los que hemos seguido con detalle su evolución en ‘La Casa de Papel’. No tiene paciencia con aquellos que intentan atentar contra su inteligencia, los mismos a los que les faltan neuronas para alcanzar su potencial. Es de armas tomar, pero nunca estuvo dispuesta a matar. No es líder, pero para el mundo nunca dejará de ser la puta ama.
El tiempo es dinero para ella. Fue la capitana de las falsificaciones de los billetes en el brillante y exitoso primer plan, así como la líder de los trabajadores que vieron con pocas esperanzas la posibilidad de transformar el oro macizo en líquido. Con sus discursos positivos, su locura imparable, su alegría al poner música mientras se trabaja consiguió lo impensable y dio una lección de constancia, esfuerzo y superación. “Para amar se necesita coraje” y ella lo tuvo al enamorarse de Helsinki (Darko Péric). Sufrió por un amor no correspondido, pero resistió y le puso su mejor cara a los problemas.
Con él vivió una historia de amor de las más bonitas, abrió su corazón de par en par, pero supo que su futuro amoroso no era junto a él. Aun así, fue y siempre será la líder del matriarcado, la mujer que cogió el toro por los cuernos en un momento de locura de Berlín, que dio discursos a Palermo que se aplaudieron desde fuera de la pantalla y la misma que consiguió que mujeres como Tokio se quisieran y respetaran el doble. Fiestera, amiga de sus amigos, querida hasta por los personajes más odiosos. Su último discurso antes de ser capturada por Gandía fue un claro guiño a la violencia de género existente en la vida real al decir que da más miedo volver a casa de noche sola, pero que una continúa haciéndolo, lo coge de la mano y vive hasta el final. Desde luego, nunca nos olvidaremos de esa escena porque fue, sin duda, una de las mejores de la cuarta temporada de ‘La Casa de Papel’.
Luchadora nata, valiente como para querer decidir hasta en su propia intervención en la que se debatía entre la vida y la muerte tras haber caído en la trampa de Alicia Sierra (Najwa Nimri) y haber sido tiroteada. Libre y feminista, pero encerrada por voluntad propia para cumplir con el objetivo que había planeado junto a su familia escogida. Resurgió de la felicidad que tenía en Argentina junto a Helsinki, para meterse en una pesadilla de la que era casi imposible salir con vida.
Lo sabía, pero luchar por los suyos y sus ideales la definían como una de las mejores atracadoras que han pasado por ‘La Casa de Papel’. Su reencuentro con Berlín, Oslo y Moscú causó las lágrimas de centenares de fanáticos, así como su caja saliendo por la puerta grande del Banco de España tras esa armónica tocada por uno de sus grandes amores. Antes de su despedida conoció otro amor puro en Bogotá, tuvo la ilusión de volver a ser madre gracias a El Profesor y la certeza de lo querida que era por los suyos. Ahora sólo esperamos verla con su vitaleza arrolladora en los flashbacks de una quita temporada que le rinde homenaje a ella, a la puta ama, la líder del matriarcado.