Ludwika Paleta y Paulina Goto protagonizan una comedia dramática dando vida a dos mujeres muy diferentes. La primera en el personaje de Ana, es una mujer ejecutiva adinerada y adicta al trabajo que quedó embarazada y está a punto de dar a luz, aunque su intención no es alejarse por mucho tiempo de su trabajo. Por otro lado, en ‘Madre sólo hay dos’ tenemos a Mariana, una chica joven humilde que quedó embrazada de su ex novio y que se ve en la necesidad de salir adelante tras conocer la noticia.
Lo que estas dos mujeres de edades tan diferentes y de culturas tan opuestas no saben, es que ambas van a dar a luz el mismo día y en el mismo hospital, lugar en el cual se conocen y desde el primer momento chocan por el carácter tan distinto que tienen. Pero en ‘Madre sólo hay dos’, un error de parte de una enfermera que accidentalmente cambia a los bebés, hace que estas dos mujeres queden unidas para siempre. Tras descubrirse el intercambio, ambas tratan de recuperar a sus hijas, pero han pasado varios meses, y tanto las madres como las niñas se han encariñado con ellas, por lo tanto, la situación no es fácil y Mariana se ve en la obligación de mudarse a casa de Ana para seguir amamantando a quién durante meses pensó que era su hija. Esto saca a la luz muchos problemas que había en la familia de la ejecutiva, quién pensaba que tenía una familia perfecta, pero todos descubren, gracias a la influencia de Mariana, que no estaban tan felices y libres como parecía.

A lo largo de la historia, se tocan varias temáticas sociales cercanas a hoy en día que afectan a muchas personas en la actualidad. El eje principal de ‘Madre sólo hay dos’ es el amor de una madre por sus hijos y ver como está dispuesta a todo por la felicidad de ellos, como hacer sacrificios y modificar tu vida de una forma que parecía impensable, con el único propósito de que ellos sean felices. La lucha por la custodia de los hijos también se ve reflejado en el personaje de Mariana, quién en un momento de la trama teme poder perderla al reclamarla su ex. También en este personaje vemos reflejada la bisexualidad, ya que se ve como ella no tiene claro si quiere a un hombre o a una mujer, e incluso llega a ser novia de Elena. El empoderamiento femenino también está muy marcado, sobre todo en el personaje de Ana, una mujer exitosa quién es el eje de su familia, pero que descubre que el trabajo quizás le esta quitando demasiado de ellos y con el nacimiento de su hija vuelve a sentir ese afecto maternal.

Es de agradecer tener a actores tan buenos dentro de un reparto tan pequeño como es este, puesto que, a las dos protagonistas ya antes mencionadas, se les unen actores muy reconocidos de la talla de Oka Giner, Liz Gallardo, Matín Altomaro, o el joven Emilio Beltrán Ulrich al que vimos hace años en “Vino el amor”, y podemos observar como sigue creciendo en el arte de la actuación. En definitiva, una serie corta, de tan solo 9 capítulos, pero muy ágil, con una historia que te ayuda a valorar más a la mujer, ver como ella sufre por sus hijos y que te mantiene pegado a la pantalla para ver cada uno de sus episodios. Sin duda, ‘Madre sólo hay dos’ te deja con gran sabor de boca y con ganas de ver la segunda temporada, la cual ya ha sido confirmada por Netflix.