El estreno de la tercera temporada de ‘Élite’ coincidió con el aislamiento de miles de españoles a causa del coronavirus. Este hecho ocasionó la caída de la plataforma a lo largo de la tarde del 13 de marzo, aunque al poco tiempo se pudo reparar el error y todos los suscriptores tuvieron oportunidad de hacerse maratón de los nuevos sucesos que giran entorno a un grupo de alumnos de Las Encinas.
Ocho capítulos y cada uno de ellos enfocado en uno o dos sospechosos. Varias escenas rebosadas por las ansias de venganza por parte de Samuel (Itzian Escamilla) y Guzmán (Miguel Bernardeau). Otras plagadas de fiestas, de sexo, de infidelidades inesperadas y de soledades inminentes. ‘Élite’ lo ha vuelto a conseguir. Ha regresado a Netflix para generar un debate entre a los que les ha parecido una gran temporada en la que todos los personajes han evolucionado desde su llegada al instituto y los que creen firmemente que se encuentran ante una de las peores ficciones juveniles de la historia. Eso sí tan conflictiva en lo que respecta a las tramas entre personajes como adictiva en el instante en el que engancha por alguna razón desconocedora guiando a millones de espectadores a su capítulo final sin darse cuenta.
Ver la tercera temporada de ‘Élite’ supone convertirse en cómplice de un grupo de jóvenes con diferentes sueños a los que ya no les importa tanto las clases sociales, ni las religiones distintas como sí ocurría en su primera temporada y se dejan conducir por sus instintos pasionales, así como por los latidos de su corazón. Esta lucha a favor de los sentimientos se puede contemplar en Omar, quién se aferra a Ander pese a la no aceptación de su padre de mantener una relación amorosa con una persona de su mismo sexo. También se puede contemplar en Guzmán, quién sacrifica su tiempo libre por Nadia y se convierte en un ayudante del negocio familiar de la persona a la que ha demostrado amar sin límites. O en Carla (Ester Expósito), quién aguanta por pocos capítulos la presión de su padre y da un mensaje consistente en ser la dueña de su propia vida.
Ha sido innegable la presencia del amor, pero mucho menos la del sexo y las drogas en una temporada en la que ha sobresalido la evolución de personajes como el de Danna Paola con una Lu devastada, en crisis económica y amorosa que comienza a realizar acciones justas , al mismo tiempo que desvía la infidelidad protagonizada por uno de sus grandes amigos: Omar. Por otro lado, hubiera sido increíble poder ver a este icono mexicano en escenas apasionantes con Valerio (Jorge López) como en la temporada pasada, pues al final de cuentas es él y no Guzmán su verdadero amor. Aun así, ha vuelto el poliamor que se originó en la primera temporada entre Polo, Carla y Cristián, pero esta vez con Polo, Cayetana y Valerio.
Omander es una pareja representativa del colectivo LGTB que ha resistido a la homofobia, a las diferencias de clases sociales y a las ideas contrarias de sus familias por ser de religiones diversas. No conformes con eso en esta tercera temporada les ha tocado afrontar una nueva controversia: La leucemia. También la llegada de un nuevo fichaje ha puesto entre las cuerdas su relación amorosa, pero los dos han demostrado que juntos podrán combatir cualquier piedra que se les cruce en el camino en un futuro. El final de la serie da pie a la posibilidad de la continuación en una cuarta temporada o un spin off de estos dos personajes inclusivos.
Si hay un personaje que ha destacado en gran escala en la tercera parte de ‘Élite’ ha sido justamente el asesino de Marina: Polo. El personaje interpretado por Álvaro Rico regresó a las Encinas ocasionando el odio de toda la clase y mucho más en el momento en el que con ayuda de sus madres vuelve a ingresar en el instituto como alumno. Este hecho genera la ira de Guzmán y la rabia de Samuel, quiénes hacen lo imposible por encontrar pruebas que le culpen definitivamente. Llega incluso a ser víctima de bullying. Menos mal que tiene el apoyo total de Cayetana. A este dúo , se suma Valerio, quién comienza a vender droga a sus compañeros con el objetivo de poder hacer frente a sus gastos, al igual que le termina ocurriendo a Rebeka.
A este entramado que nos permite adentrarnos de nuevo en un caso misterioso de asesinato en el que por momentos todos parecen o culpables o inocentes, se han sumado Sergio Momo, quién interpreta a Yeray, un chico de buena posición social que es muy conveniente para que la familia de la Marquesa salga de su posible ruina y Malick (Leiti Sène), un chico que se mete en las vidas de Nadia y su hermano Omar. Ha regresado a Netflix ese grupo de adolescentes que ya no quieren sufrir más y han demostrado estar unidos en una circunstancia que puede poner en tela de juicio su futuro prometedor.