Los tiempos de las telenovelas clásicas no se han acabado. Televisa recurre en multitud de ocasiones a la típica historia de amor entre una chica humilde y un hombre rico para atraer a sus espectadores. Aún así, no hay que generalizar porque, en la actualidad, hasta la empresa mexicana ha apostado por producciones innovadoras que incorporan al romanticismo temáticas sociales como la homosexualidad, la diversidad cultural, el feminismo, el cáncer, el narcotráfico, la emigración y la lucha por superarse sin necesidad de heredar ninguna herencia.
A día de hoy todavía se pueden visualizar telenovelas en las que la protagonista es una chica humilde y soñadora que se enamora de un hombre adinerado que preside una empresa. Las historias románticas en las que priman la diferencia de clases sociales, la exageración en los argumentos y los nombres estrambóticos siguen apareciendo en algunas de las nuevas producciones. Todavía existen tramas que giran entorno a una mujer indefensa y dependiente que necesita al género opuesto para lograr su felicidad. Sin embargo, esa concepción machista ya no se visualiza tanto como hasta hace algunos años. Primero, los guionistas comenzaron a escribir sobre personajes femeninos vulnerables que tras el desamor o al descubrir un engaño, se volvían valientes, autodidactas y empoderados.
No obstante, en estos últimos años las telenovelas se han adaptado a los nuevos tiempos que corren. Muchas son protagonizadas por mujeres de verdad que se enamoran, pero que están dispuestas a luchar por sus derechos, por su independencia y por no ser las típicas chicas que se dejaban acamelar por cuatro palabras cursis. Tal es el caso de ‘Amar a muerte’ o de ‘La Doña’, remake de ‘Doña Bárbara’, historia que tuvo una versión en el año 2008, es un gran ejemplo de una mujer que no se deja dominar por ningún hombre. La trama está divida en el pasado y el presente de la protagonista. Altagracia (Aracely Arámbula) está dispuesta a vengarse de esos cinco hombres que la violaron cuando era adolescente y no para hasta conseguir su objetivo. Además, esta versión de Telemundo es un espejo de la violencia de género existente en México, de la corrupción y de cómo las entidades poderosas mueven los hilos sobornando a medios de comunicación para que no cuenten la realidad, y también, a policías con el fin de salirse con la suya sin tener que someterse a juicio.
Muchas personas piensan que las producciones latinoamericanas no son de calidad como sí lo pueden ser las series de países europeos o de Estados Unidos. Esas mentalidades se basan en todos esos melodramas que hacen uso de frases exageradas y esos personajes inverosímiles que se agarraban de los pelos con las protagonistas por obtener la atención de un hombre, fingían embarazos para retenerlos, metían en la cárcel a la buena de la historia o intentaban asesinarla. La mayoría cree que todas las nuevas apuestas de Televisa, Telemundo o de países como Colombia, Venezuela o Argentina tienen estas características y sino que están vinculados al narcotráfico. Estas personas consideran que los personajes masculinos siguen teniendo nombres eternos como: «Fernando José o Carlos Daniel»y por ello, siguen poniendo un tono desmesurado cada vez que imitan las telenovelas.
La idea general para no ver este tipo de ficciones es la siguiente: «Demasiados gritos, lloros sin sentido, virginidades eternas, relatos románticos en los que hay un encuentro, un desencuentro y un reencuentro con final feliz». Es cierto, estos hechos ocurrían hasta hace unos años, pero a día de hoy se pueden mencionar un sinfín de telenovelas que ya se pueden confundir con las series al no recurrir a escenas aparatosas para emocionar a sus espectadores. Ya no se puede hablar solo de telenovela de corte sensacionalista. Ese fenómeno ha pasado de ser la raíz central de la que partían todas los melodramas que se emitían en la pequeña pantalla como podía ser ‘Rosalinda’, ‘María la del Barrio’, ‘Rebeca’ o ‘Bella Calamidades’, a ser un punto de referencia que se ha extendido hasta el punto de crear diferencias dentro de un género.
Las tontas no van al cielo’, ‘Mi corazón es tuyo’, ‘Por ella soy Eva’ o ‘Silvana sin lana’ son algunas de las telenovelas cómicas que se han ganado la admiración del público y que no han dado exclusividad a la historia de la chica indefensa que se enamora de un hombre. En estos tres ejemplos, las tres protagonistas son mujeres con un gran carácter que se ganan el respeto de la mayoría de los personajes de la trama. Otro de los grandes descubrimientos fueron los argumentos sentimentales, pero con una gran dosis misteriosa. ‘La Hija Pródiga’ del año 2017 es un gran referente de como el amor puede estar incluido, pero darle una mayor importancia a otras temáticas como; el tráfico de órganos, las desapariciones y la investigación sobre el pasado de la protagonista.
Si hay alguien que fue innovadora desde el principio al adoptar el amor de las telenovelas, con la magia y con ciertas dosis de realismo, esa fue Cris Morena. Desde el año 1995, la mujer que anteriormente había sido la presentadora de ‘Jugate Conmigo’ se sumó a un proyecto en el que quiso dar visibilidad al abandono y que se llamó ‘Chiquititas’. Tiempo después, esta productora argentina creó ‘Rebelde Way’, esa historia llena de adolescentes que se rebelaron contra las autoridades y lo que les imponían sus padres. Es verdad que las diferencias de clases estaban muy presentes, algo que también se visualizó en las primeras temporadas de ‘Casi Ángeles’. Aún así, esas series que por algunos fueron considerados melodramas sin serlo, consiguieron que muchos adolescentes imitaran patrones de conducta que les permitieron valorar a las personas que se encontraban en el camino. En el caso de ‘Alma Pirata’, es una producción que podía considerarse más propia del género latinoamericano, pero aquí importaba con la misma magnitud tanto el amor de los personajes como la cadena de misterios que surgieron sobre alma.
No vamos a decir que se han suprimido de la televisión esas ficciones románticas que solo cuentan amores, traiciones e intrigas. No podemos afirmar que el machismo ya no está presente en esas tramas, historias que a principios del siglo XXI enganchaban y que ahora descolocan por la presencia que tenía el patriarcado. Recordemos solamente ‘Gata Salvaje’ o ‘Rebeca’, esas telenovelas en las que mientras que la protagonista era fiel, leal y virgen, sus amores pasaban de cama en cama. Sin olvidarnos de que si ellas lo hacían eran consideradas unas auténticas rameras, especialmente por otras mujeres. Los enfrentamientos entre ellas eran frecuentes y todo por obtener a un mismo hombre. Sin embargo, hay tramas como ‘Corazón valiente’ en la que ellas tienen casi más voz que ellos. Aquí las líderes son Ángela y Samntha, dos mujeres que pese a que luchan contra la maldad de Fernanda del Castillo son más valientes que ellos y no se dejan pisotear por ningún personaje del género opuesto.
Cabe destacar también la introducción de realismo al meter enfermedades como la bipolaridad, la bulimia, el cáncer, el alzheimer, el síndrome de Tourette o de Asperger. ‘Amores verdaderos’, ‘La Mujer perfecta’, ‘Las Estrellas’, ‘La Doña’ y la actual telenovela juvenil de Televisa titulada ‘Like, la leyenda’ presentan casos como estos. La producción mexicana de Pedro Damián ha llegado a la pequeña pantalla con una trama sobre un instituto en el que hay alumnos de diferentes culturas, clases sociales y con una cantidad de problemas que no son los típicos de siempre. En esta ficción mexicana aparece un caso de sida, otro de una enfermedad mortal, un niño con Síndrome de Down, un adolescente con problemas de drogas, otro vinculado con un padre alcohólico y una alumna con una hija.
La realidad es que ahora los espectadores pueden elegir dentro de un género sin tener que discriminar ninguna serie o telenovela por su origen o por esos clichés que se ganó en el pasado. El amor es necesario para dar sentido a cualquier historia, pero también es importante tomar conciencia de lo que ocurre en el mundo a través de las ficciones. Negaros a no ver producciones latinoamericanas por el acento o por estereotipos que ya no existen en las nuevas apuestas es discriminar un trabajo que puede estar muy bien hecho. Actualmente hay telenovelas que siguen a rajatabla con ese sistema tradicional, pero no metáis a todas en una misma bolsa. Las más modernas ya no son exageradas, ni largas, pero sí son creíbles, emocionantes y con unas historias innovadoras que aún no se inventaron ni en América del Norte ni en toda Europa.