Era una tarde impredecible del 9 de abril, de esas en las que no sabes si hacerte con el paraguas o ir en manga corta. Llegué a Leganés a eso de las 19:30 con algo de anticipación para no perderme ningún detalle de la versión de «La Viuda Valenciana» de Borja Rodríguez. El teatro José Monleón estaba prácticamente lleno. Sólo dos butacas marcaban las distancias de prevención contra el Covid. En esta ocasión, me asignaron la fila 4 y me dispuse a disfrutar de una comedia que pasó de contextualizarse en el Siglo de Oro al período de entreguerras, en medio de la dictadura franquista. A las 20:05 se hizo un silencio sepulcral y en escena apareció Amalia Hornero en compañía de Anabel Maurín. He de confesar que en un principio me costó adentrarme en la conversación por esos versos rebuscados de Lope de Vega plasmados en los diálogos, pero en seguida cogí el hilo conductor de una historia capaz de mezclar con soltura la estética de su literatura con la contemporaneidad más cercana.
De pronto, viajé a la belleza de Lope de Vega para escribir rimas mientras sus personajes cobraban vida y descubrí una obra que a pesar de no ser de las más conocidas de este dramaturgo, sí es de las que tienen un mensaje que cala en los corazones del público, y más, si eres mujer al enfatizar en el feminismo. «La Viuda Valenciana» es un retrato de los prejuicios de una España que había quedado desolada tras la Guerra Civil, pero también de la que actualmente enfrenta una batalla mundial: la lucha contra el coronavirus. A través de guiños empoderados como mujer deseosa de independencia física y emocional, Leonarda (Amalia Hornero) conduce al espectador por un posicionamiento basado en el feminismo, pero especialmente en su libertad por poder decidir cuál es el camino que anhela tomar más allá de lo que la sociedad tenga estipulado como mandato. En esa hora y cuarenta minutos resultó bastante fácil enamorarse de la versión escrita por Borja Rodríguez y no sólo por la manera de conseguir que los personajes mantuvieran una conversación en la que la palabra de uno rimase con la del otro. También por su puesta en escena o la calidad con la que recrearon los carnavales como si pudiésemos ser testigos directos de esa época.
Todos los intérpretes están sublimes desde su protagonista hasta Rafa Núñez o los actores que se metieron en la piel de los dos pretendientes frustrados a los que Leonarda no tomó en cuenta. Sin embargo, considero necesario hacer una especial mención a Núñez por ser ese fiel consejero de la viuda que, mediante sus ocurrencias e ingeniosa manera de moverse sobre el escenario causó la mayor parte de las risas durante la función. Además, tal y como dijo su director, Borja Rodríguez, en la entrevista para Veo, Escucho y Os Cuento, Sandra Canals es el minuto de oro de «La Viuda Valenciana». La versión subirá nuevamente el telón el 25 de abril en Getafe y en ella el público será testigo de cómo Camilo acudirá a ciegas a intimar con su amada Leonarda hasta que ambos decidan fugarse de las habladurías y dar rienda suelta al amor verdadero.