Gloria March viene de una familia de agricultores y recuerda que a la edad de 7 años se ponía delante de un espejo a hacer playbacks de Mecano. Por ese entonces, la actriz valenciana no hubiera imaginado que décadas más tarde sería una de las protagonistas de «La mort de Guillem», una historia cruda y real que afectó a Valencia. «Yo crecí con miedo. Vivía con las niñas de Alcàsser y Guillem Agulló en la cabeza», confesó la intérprete que está nominada a la tercera edición de los Premios del Audiovisual valenciano y que concedió una entrevista a Veo, Escucho y Os Cuento.
El asesinato a manos de un neonazi no era un caso aislado. En Valencia eran muchos antifascistas los que caminaban con temor a recibir una paliza por su forma de vestir o sus preferencias sexuales. «La mort de Guillem» es «una puerta a la reflexión en el que queda plasmada la necesidad de concienciar cómo vivimos», declaró la actriz que ha recreado con responsabilidad a una madre que sufre la pérdida de su hijo y se ve en la tesitura de lidiar con la manipulación mediática que hubo en relación con el crimen, así como con las amenazas que recibieron en esos momentos.
«Una señora vino llorando y me dijo que había hecho muy bien mi papel al haber representado el dolor por la pérdida de un hijo». Gloria March no es madre, pero llegó con su empatía y su personaje a las que sí lo son mediante una naturalidad asombrosa. La actriz que caracteriza a Carme en el largometraje que llegó en agosto al Festival de Málaga declaró: » La película fue un viajazo en el que tuve mucha responsabilidad porque hice a una mujer que existe y que he conocido. Carmen es una mujer muy valiente con una fuerte entereza. Ella me dijo que es así y que no es un ejemplo de nada, pero yo creo que sí lo es».
Las cosas llegan en el momento menos inesperado y sino que se lo pregunten a Gloria March, quién en cuestión de meses pasó de ser una camarera que tenía algunas frases al lado de Candela Peña en «La Boda de Rosa», a ser la protagonista de una película que habla del sufrimiento de una familia que ha sido víctima de una ideología de extrema derecha. La actriz que participó en series en la televisión nacional como ‘Gran Reserva’ sólo tiene palabras de agradecimiento tanto para el director de «La mort de Guillem», Carlos Marqués, como hacia su compañero, Pablo Molinero.
«Yo soy muy cómica y para mí este proyecto ha sido todo un reto por el realismo y drama que tiene», expresó la actriz, quién esta muy orgullosa de haber protagonizado un largometraje en valenciano al confesar: «Hay nanas que salen en la película y me cantaba mi abuela. La veo y digo es que yo vengo de ahí. Aun así, mi comunidad estaba muy desaprovechada. Son buenas noticias que se esté apoyando la creación audiovisual valenciana». Para Gloria March sería un verdadero sueño llegar a los Goya, pero la intérprete de cine, teatro y televisión se conforma con que esta historia pueda conocerse fuera de Valencia.
Gloria March comenzó a actuar a la edad de 14 años. Tiempo después compaginó el Arte Dramático con sus estudios en Periodismo, carrera por la que tuvo una idea muy romántica hasta que se dio cuenta con la práctica que ese no era su verdadero camino. Sabe que obtener oportunidades en el universo de la actuación está vinculado a la suerte, al hecho de estar en el lugar y momento adecuados. «Ojalá hubiera hecho cine a los 20, pero por ese entonces no pasaba. Hay que aprender a manejar el ego y no derrumbarte. También a tener paciencia y a aprovechar las opciones que van apareciendo», relató la intérprete que hizo las pruebas para ser la hija de Candela Peña en «La Boda de Rosa», papel que no obtuvo por edad y que fue interpretado por Paula Usero.
No hay papel pequeño para la actriz que ha viajado con el arte por toda Europa con obras teatrales como «La Plaza» y que defiende la cultura con estas palabras: » Es muy triste. La cultura está menospreciada. Menospreciar la cultura es menospreciarnos a nosotros como seres humanos. El ser humano necesita contarse historias y reflexionar». Esa es la percepción de Gloria March, una intérprete que vivió tiempos inestables, pero que nunca olvidará cuando tocaba el teclado en un grupo de rock durante su estancia en Madrid. La intérprete valenciana es una mujer imparable que da todas sus energías cuando se trata de emocionar desde la empatía y la verdad. Siempre aferrada a sus raíces, pero con ganas de recorrer el mundo para, algún día, poder mostrar su versatilidad y meterse en la piel de la mala de la historia.