Fui culpable por dejarme guiar por los desastres y no valorarla desde antes, desde ese primer instante en el que entró en ‘OT 2018’ para volar musicalmente. Allí, en esa Academia de la que se llevó aprendizajes y una familia musical, Julia Medina se demostró así misma que también podría brillar aunque no supiera bailar y jugara en ese sentido con cierta desventaja. Aún así, su mayor don es su garganta, esa herramienta que la permite convertirse en hada de composiciones que ha escrito en tardes soleadas o días de lluvia.
Julia Medina encontró la llave y atravesó esa puerta con la que se convirtió en arte. «Dime» solamente fue el comienzo de un debut que ha dejado con la boca abierta a todos los que alguna vez la criticaron como concursante. «No dejo de bailar» representa su alma al descubierto, esa que en algún momento estuvo llena de inseguridades y de complejos, pero al mismo tiempo esa primera obra musical con la que se atrevió a hablar de sus vivencias emocionales. Eso sí, sin desvelar en concreto a quién o qué punto de su vida van dedicadas esas letras que salieron de su inspiración y de haberse rodeado de compositores a los que admiraba cuando tener un proyecto musical autoreferencial era un sueño lejano.
Pop clásico con las letras más honestas y verdaderas. Un cuento realista con el que pone voz a a esa niña que desde siempre quiso ser música y no únicamente homenajear con sus covers a otros grandes artistas. Ya es más libre, más azul, aunque nunca dejó de ser esa cantante que siempre quiso cantar sus letras a ese público que apreciaba su voz antes de llegar con su talento a la televisión. Por fin llegó el primer trabajo discográfico de Julia Medina a nuestras manos para tener su historia entre nuestros dedos y aplaudir a una cantautora gaditana que merece tener un hueco en la industria musical por su exquisita manera para componer su verdad
Nació una nueva estrella para el panorama musical español. Quizás algún día llene estadios durante su trayectoria en solitario o solo haga sould out en pequeñas salas, pero ella será feliz igualmente porque todo sería sinónimo de que su voz y sus letras se habrán vuelto elementales para quiénes no querrán dejar de bailar los vals que proponga. La única «respuesta» es que Julia Medina ha regalado una isla del tesoro con un título que simboliza sus ganas por superarse musicalmente, tarde el tiempo que tarde, de la misma manera que le sucedía con el baile.
«El Circo» se puede describir como una crítica a la hipocresía , y también, a los que excusan el odio haciendo uso de su derecho a opinar. «Hoy se hizo tarde» es la mejor declaración al amor. «No hablan más de ti», «La Respuesta» , «A la de Tres» podrían encajar perfectamente como ese canto que se hace al desamor, pero como bien da a entender la propia creadora de «No dejes de bailar», lo bonito es que cada oyente pueda darle a cada canción un significado particular que pueda cuadrar con sus propios pasados, presentes o futuros. La realidad es que fue valiente para descubrirse a sí misma y transmitir su esencia en esa primera carta de presentación que ha transformado a críticos en nuevos fans de su arte.