Tras cuatro temporadas protagonizadas por Romina Yan, la hija de la creadora de esta ficción creada para niños y adolescentes, y también, por personalidades juveniles como Agustina Cherri, comenzaba en la pequeña pantalla argentina la quinta temporada de ‘Chiquititas 1999’. La ficción iniciaba con el personaje de Nadia Di Cielo leyendo el famoso libro de la vida y soñando con un hogar al que poder llamar su propio rincón de luz. Nace de esta manera una trama en la que el abandono y las diferencias de clases sociales son opacadas por la amistad indestructible y las ganas de formar una familia del corazón que se quiera y respete de verdad.
‘Chiquititas 1999’ fue una serie emitida a finales del siglo XX en Argentina que estuvo protagonizada por Grecia Colmenares en el papel de Ana, esa mujer soñadora que llega al granero de Joaquín Maza tras haber interrumpido en la fiesta de compromiso de Juan Maza y Pía con ese globo aéreo con el que recorrió diferentes lugares. Anteriormente, ya se tiene la oportunidad de conocer la dualidad de mundos en los niños de la calle como es el caso de Tiago (Santiago Stieben), Camila (Camila Bordonaba), Bautista (Benjamín Rojas) y María (Nadia Di Cielo), entre otros. Todos ellos acogidos por el abuelo de un grupo de traviesos y pequeños ricos que viven una vida llena de privilegios en la mansión de al lado, pero que pronto comienzan a querer a sus vecinos hasta el punto de forjar una gran amistad.
La ficción argentina creada por Cris Morena nace de las ganas de dar un mensaje de inclusión en un contexto en el que aparentemente las clases sociales no deberían de mezclarse. Los niños adinerados comienzan a valorar lo verdaderamente importante y a hacer a un lado su universo materialista y superficial para compartir con los más necesitados todo lo que pueden, a excepción de algunos como Agustín (Agustín Sierra) o Taly (Natalia Melcon) a los que les cuesta más capítulos entender que lo más bonito de los seres humanos no se compra en la tienda de la esquina. ‘Chiquititas 1999’ cuenta en este sentido con los mellizos (Luisana Lopilato y Cristián Belgrano), Juanita (Milagros Flores), y también, con Candela (Marcela Kloosterboer) y sus dos hermanitos.
Travesuras, amistades que van mucho más allá de los intereses individuales, los miedos a no encajar, los primeros amores que se forman en plena infancia y adolescencia, así como la construcción de los sueños. ‘Chiquititas 1999’ reúne todos los condimentos necesarios que permiten que ningún niño se sienta solo en el proceso del constante aprendizaje y que pueda sentirse más comprendido. En esta ficción sobresalieron personajes que forman parte de esta gran historia como el gran intérprete argentino Darío Grandineti en el papel de Juan Maza, ese padre de familia conservador y autoritario al que le cambia por completo la forma que Ana tiene de ver la vida.
Aventuras, ganas de adentrarse en todos esos capítulos que te permiten tomar conciencia de lo afortunados que somos por tener techo, amor y comida. ‘Chiquititas 1999’ es esa serie argentina necesaria que se cuenta como un cuento realista en el que es tan importante la familia de sangre como la que se cruza a lo largo de la vida. Otro de los ingredientes perfectos fueron esas canciones llenas de mensajes positivos en los que la esperanza y la lucha por los sueños eran los principales protagonistas. Su éxito fue tan inminente en Argentina que hubo obra de teatro como en sus temporadas antecesoras, y también, sus lemas musicales llegaron a países del otro lado del mundo como Israel.
‘Chiquititas 1999’ estuvo plagada de amores como el que surgió entre los personajes de Camila y Felipe o Bautista y Luisana, e inclusive, Ana y Juan, pero sin lugar a dudas la trama amorosa que destacó especialmente fue la de Mariano (Mariano Bertolini) y Candela (Marcela Kloosterboer), esos supuestos primos que al principio se llevaban como el perro y el gato, pero que en realidad sentían demasiadas cosas el uno por el otro. Pasaron muchos episodios hasta que pudieron estar juntos finalmente, pero a los espectadores de esta ficción argentina de 173 capítulos nunca se les olvidará «Pajarito», tema musical que relataba su emocionante y romántica historia de amor.
Para terminar hay que recalcar que ver ‘Chiquititas 1999’ supone volver a pasar por el corazón, mirar hacia atrás y saber que no pudimos haber tenido una mejor guía que esta serie, la que nos permitió abrir los ojos para valorar lo verdaderamente importante. Gracias a ficciones como esta aprendimos a ponernos en la piel del otro, a escribir nuestro propio libro de la vida y a estar orgullosos de haber crecido junto a un rincón de luz que nos dejó volar, soñar, y también, nos enseñó a no rendirnos ante cualquier adversidad que se cruce en nuestro camino.