En plena Riviera Maya y en compañía de dos de ‘las chicas del cable'(Maggie Civantos y Nadia de Santiago) Blanca Suárez recogió el premio a mejor actriz de teleserie por su interpretación en la primera ficción española de Netflix. Así fue como en la V edición de los Premios Platino convivieron tanto caras conocidas del cine como de la pequeña pantalla española y latinoamericana. Una de las galardonadas fue la protagonista de ese proyecto de Bambú Producciones que comenzó su rodaje hace dos años y que enamoró desde el primer segundo a todo aquel que ha visto ya sus dos temporadas.
La actriz madrileña a quién conocimos por primera vez hace más de una década en ‘El Internado’ dejó con las manos vacías a Aura Garrido (‘El Ministerio del Tiempo’) y a Marta Hazas (‘Velvet Colección’), quiénes competían en la misma categoría. No obstante, Blanca no quiso olvidarse en su agradecimiento de todas sus compañeras, las que estaban con ella compartiendo esa alegría y las que no pudieron viajar hasta México, pero tampoco de esos chicos del cable con los que su personaje ha compartido infinidad de escenas románticas, algún secreto o alguna complicidad. La carismática Blanca finalizó las grabaciones de la tercera temporada el 27 de abril y cruzó el Atlántico en cuestión de horas para asistir a un evento en el que se homenajeaba el cine iberoamericano.
La líder del cable triunfa con Netflix
«La vida no era fácil para nadie y mucho menos si eras mujer. No éramos libres, pero soñábamos con serlo». Desde la primera escena de ‘Las Chicas del Cable’ Blanca Suárez logró interpretar a una mujer valiente y decidida que no estaba dispuesta a sentirse doblegada en un mundo dominado por el género opuesto. En esta serie feminista de finales de los años 20 la actriz madrileña se mete de lleno en la piel de Alba, una joven que se ve obligada a ocultar su verdadera identidad para obtener su libertad. Así fue como por una casualidad pasó a llamarse Lydia y a convertirse en una telefonista que por medio de su ingenio logró ascender en el mundo laboral. Pese a los grandes intentos por no ser descubierta hubo a alguien a quién la líder de las chicas del cable no pudo engañar. Se trataba de Francisco (Yon González), ese amor de juventud al que había perdido la pista desde que eran dos adolescentes dispuestos a arriesgarlo todo.
Aunque esta mujer del siglo XX se parece con Sonsoles de Icaza (‘Lo que escondían sus ojos’) en que ambas eran dos mujeres pasionales dispuestas a poner en peligro su propia existencia por luchar por su amor, la supuesta Lydia ha tenido grandes conflictos internos con lo que verdaderamente sentía. Durante las dos temporadas que ya ha podido emitir la plataforma de pago el personaje de Blanca Suárez ha estado entre la espada y la pared. Su indecisión siempre ha sido la misma y aunque en un principio quería ser una mujer sin ataduras desde que los espectadores conocen a esta chica del cable siempre ha estado entre dos hombres: Don Francisco y Don Carlos(Martín Rivas).
Salvo este quebradero de cabeza sentimental, la chica que huyó de la prisión y que no tuvo una adolescencia feliz ha sido la líder de su grupo de amigas por haber estado ahí para todas ellas; tanto cuando Carlota (Ana Fernández) tuvo que escapar de su casa debido a las estrictas reglas machistas que les remarcaban sus padres, como cuando Marga (Nadia de Santiago) tenía dudas sobre el amor o cuando Ángeles (Maggie Civantos) quería huir de las humillaciones y maltratos de su marido. El personaje de Blanca Suárez ha tratado de no defraudar en ningún momento a sus seres queridos pese a llevar una falsa identidad y logró salvar con su equipo de chicas del cable a Sara( Ana Polvorosa) de ese lugar en el que los que no estaban conformes con el cuerpo que les había tocado eran considerados enfermos mentales. Lo cierto es que tanto Blanca Suárez como esa joven de finales de los años 20 tienen personalidades idénticas en lo que respecta a ser mujeres que imponen admiración, respeto y que plantan cara a una sociedad que tiene que mejorar muchos aspectos para conseguir esa libertad e independencia absoluta en todos los sentidos. Esos y la lucha por los sueños son los conceptos que están impresos en ‘Las Chicas del Cable’ y por los que Blanca Suárez nunca ha tirado la toalla. Por todo ello y por su gran calidad interpretativa logró conquistar el otro lado del mundo.