La historia da comienzo con las hermanas Eva (Ivana Baquero) y Carolina (Alejandra Onieva) embarcándose en el Bárbara de Braganza para empezar una nueva vida. Carolina va a casarse con uno de los directivos de la naviera (Eloy Azorín) y ambas viajan con su tío (José Sacristán) y sus dos criadas (Chiqui Fernández y Begoña Vargas) a Río de Janeiro. Aunque el viaje comienza torcido, ya que ambas se ven obligadas a ayudar a una mujer que intenta huir desesperada de una muerte segura, o al menos eso afirma. A partir de este momento, las dos jóvenes se verán ante una sucesión de intrigas para las que, quizás, no estaban demasiado preparadas.
La trama en su primera temporada, da un giro más cuando empiezan a ocurrir muertes a bordo del barco. A partir de entonces crecerán las tensiones y se limitará el acceso a ciertas zonas de barco a los de tercera clase, mientras se entrevé una trama secreta en torno al dueño del barco. Un misterio que poco a poco se resolverá con el paso de los capítulos y donde todos parecen culpables de varias situaciones límites. En su segunda temporada tenemos varias incorporaciones al reparto que vendrán a seguir poniendo los pelos de punta a los pasajeros del Bárbara de Braganza. Y es que traerán consigo toda una serie de fenómenos inexplicables que dificultarán a la tripulación la complicada tarea de atracar en puerto.
Por un lado, a raíz de la recogida de varios tripulantes que decían haber naufragado, empieza a aparecerse el fantasma de una mujer llamada Rosa Marín, que supuestamente fue asesinada en el propio navío mientras que Casandra, una de las rescatadas, dice ser una médium capaz de adelantarse a los acontecimientos, leer las cartas del Tarot e incluso comunicarse con los muertos. Esto levanta rápidamente las sospechas de Eva, que busca una explicación racional para lo que sucede mientras que Carolina cae rendida ante los encantos de Casandra, igual que el resto de la tripulación.

También sigue siendo avanzando en tramas que parecían cerradas en la primera temporada, como el padre de nuestras protagonistas que permanece encarcelado en el Barco. Luisa permanece fugada con un gran secreto, o el oro que custodia el capitán Santiago objeto de deseo desde la primera temporada, desaparece justo antes de llegar al puerto, retrasando el desembarco de los pasajeros. Al plano de todo esto, una de las cosas que mejor funciona en las dos temporadas de la serie es la banda sonora. Esta es el ingrediente que mejor crea el ambiente, aunque se abuse bastante de ella para resaltarlo todo. Lo mas negativo desde mi punto de vista es que muchas veces la luz de las ventanas te llega a ser molesta, pero por lo demás es una serie que engancha.

Respecto a las interpretaciones, Ivana Baquero y Alejandra Onieva hacen un trabajo increíble durante las dos temporadas de esta serie, interpretando a dos hermanas que son muy diferentes en el fondo. La incorporación de Claudia Traisac en la segunda temporada como Casandra es positiva y tanto el trabajo interpretativo de Natalia Rodríguez como su estilismo que remite al cine clásico estadounidense son dos de los puntos más reseñables, aunque por desgracia su personaje no cuente con una historia demasiado elaborada o ingeniosa en la que verla brillar.

Esta serie cuenta con algo muy bueno desde mi punto de vista como son las pistas falsas, los buenos que parecen malos, los malos que parecen buenos y giros de guion que te mantienen pegado a la pantalla, porque lo que hoy parece una cosa, en el próximo capítulo se descubre que es algo diferente, y nadie es lo que aparenta ser. Aunque la trama queda cerrada en el último capítulo de la segunda temporada, Eva, que sirve de narradora, deja claro que éste no ha sido más que el primer y largo viaje del buque, así que el viaje del Buque aun nos aguarda muchas sorpresas en el futuro, ya que la serie ha sido renovada por dos temporadas más.