Heredó el amor por la música de su madre y de su padre. Se convirtió en el último hijo de la Movida madrileña. Era un chico de barrio que hizo historia con sus creaciones gracias a su constancia y su confianza en sí mismo. Se ha pasado más de la mitad de su vida girando y no pretende dejar de hacerlo. Todos los que han tenido la suerte de verle en directo o escuchar sus composiciones se han acercado a su esencia noble y a todas las etapas de su vida. Alejandro Sanz nos enseñó a viajar a su interior con una poesía musical que atrapa y pone la piel como escarpias.
Nació en Madrid el 18 de diciembre de 1968, pero su amor por Cádiz está insertado en sus raíces debido a que sus padres son andaluces. Este acento le ha acompañado en toda su trayectoria musical ya que Alejandro Sanz nunca se desprendió del flamenco, ni siquiera en esos momentos en los que la moda de la época era o el pop rock o otros estilos musicales. Creció con la guitarra de Jesús Sánchez en sus manos y desde muy pequeño ya ideó sus primeras melodías. Sabía que era difícil vivir de su gran sueño, pero nunca tiró la toalla y tenía la certeza, él sería ese uno entre un millón. Así fue como el cantautor se ganó un hueco dentro de una industria que no tardaría en abrirle miles de puertas, las mismas que le conectaron directamente con su público.
Autor de desastres transformados en baladas históricas. Generador de arte que llevó su nombre y el de España a lo más alto del escalafón. 30 años de trayectoria y toda una vida subiéndose al ring para que sus letras fueran valoradas, o al menos escuchadas. Su ejemplo ha demostrado que las oportunidades no llegan a tu casa, sino que hay que salir a buscarlas. Antes de darse cuenta que el éxito es un monstruo impresionante, tocó heavy metal con un grupo que se encontró en el camino de la vida y se imaginó a miles de personas vitoreando su trabajo. Por ello, le echó morro al intentar adentrarse en la música y mostrar todo lo que sabía hacer.

Su primer disco se tituló «Los chulos son pa’ cuidarlos» en el que se denominó Alejandro Magno, pero su despegue musical se llevó a cabo con «Viviendo deprisa», un disco que ya llevaba el nombre por el que todos le conocemos en la actualidad. Desde ese entonces no pararía de trabajar con ímpetu para que su música sonara tanto dentro como fuera de sus fronteras. En sus siguientes proyectos llamados «Si tú me miras» y «3» no dudó en seguir haciéndose notar, pero en 1997 nació ese «resacón» que le posicionó como un compositor sin límites.

«Más» fue el álbum más exitoso de Alejandro Sanz. Aquel que no conoce a este poeta musical en profundidad en algún momento de su vida ha tenido que escuchar «Corazón partío» o «Y, ¿si fuera ella?». La primera es una canción que mezcla pop y flamenco para poner a bailar a todo el que aprecie la canción. La segunda es un pellizco al alma, una balada que se instala para siempre y no sale. Sus letras hablan de lo que fue, lo que es, lo que espera del mundo, lo que desea cambiar, lo que le frustra, le inquieta o le apasiona. Él ha hablado con su música de la gente que emigra y por determinadas circunstacias se aleja de los suyos. El nuevo tema musical con Nicky Jam titulado «Back in the City» refleja este deseo.

Libertad, anhelo, ilusión, esperanza, valores humanos. Todas sus canciones tienen algún concepto con el que Alejando Sanz reivindica alguna temática social o con la que puede trasmitir sus propios sentimientos. El cantante madrileño que ha tenido el honor de rodearse de grandes artistas como Paco de Lucía desde sus inicios piensa que cada una de sus composiciones tienen un significado a la que sus oyentes le insertan su historia. También sabe que las pequeñas cosas, los verdaderos regalos de la vida, no se compran ni se venden, pero sí se sienten y se instalan en el corazón.
Humilde, luchador que combate contra los problemas que se presentan en la vida. Alejandro creció musicalmente recorriendo medio mundo y se dejó querer por cada país al que entregó su alma ubicada en sus discos. Él siempre fue de los artistas que pensaba que la soledad es necesaria para que llegue la inspiración. Sus mejores baladas son las que desgarran el alma. Al cantautor de «Viviendo deprisa»le costó llegar a lo alto hasta que pisó fuerte con «Más». En ese entonces no existían las redes sociales y se esforzó para que sus temas fueran cantados por masas de todas las partes del mundo. En el comienzo de su historia musical, llegó a Latinoamérica y no se fue hasta no haber ido a todas las radios, fuesen o no importantes.

Es necesario ver la película de 2018 a la que nombró como la frase de una de sus canciones para conocer su historia al lado de la música. «Lo que fui es lo que soy»está disponible en Netflix y narra a la perfección cómo ese niño que quería ser artista se convirtió en toda una leyenda española. Es admirable y se lo ha ganado a pulso porque antes de convertirse en una gran estrella ya ayudaba en lo que podía a los más necesitados. Uno de sus primeros conciertos multitudinarios fue dedicado a los niños y siempre ha tenido presente cada causa social en su día a día. No obstante, Alejandro Sanz también tuvo que ponerse una coraza para que las críticas, las traiciones y la intromisión a su vida privada no pudieran con él.

Escribe para él, pero lo entiende todo el mundo. Su lenguaje es de otro planeta y no por haber mezclado géneros, sino por haber mostrado su disconformidad, sus pasiones, sus anhelos y sus ganas de romper con las reglas que no fueron bien implantadas. «Cuando nadie le ve» narra lo que es en un papel y le pone sonido a lo que siente. Alejandro Sanz ha ganado infinidad de reconocimientos, pero su mayor premio es que sus seguidores canten sus canciones a todo pulmón. Cantó a la paz cuando en las noticias no paraban de salir episodios de guerra. Dedicó canciones a sus hijos como «Capitán tapón», perteneciente a «Sirope». También a parejas y personas solitarias. Es tan familiar que compró un espacio para que su familia siempre estuviera unida.

Ha colaborado con los artistas españoles e internacionales más relevantes. Participó en éxitos como «La Tortura» junto a Shakira y en canciones emblemáticas en compañía de Malú o las grandes mujeres de la historia de la música española. Hay hambres que no entiende. Por eso ayuda siempre que puede a los más necesitados con lo que mejor sabe hacer: rozar el alma con sus composiciones. Para Alejandro su mejor disco es «El tren de los momentos» (2006) porque fue una etapa personal en el que peleó sus propias batallas. Por su parte, el tema musical «A la Primera persona», fue un grito desesperado en el que se sincera con su público. Tampoco puede faltar en sus apoteósicas giras «Looking for Paradise».

«El alma al aire» fue el disco que afirmó que Alejandro Sanz haría hecho historia en España y en el mundo entero con canciones como «Mi Marciana»,»Desde Cuando», «Un Zombie a la interperie»o «No me compares». En 2017 dio un concierto en el Vicente Calderón para celebrar ese disco titulado «Más es Más» que le abrió las puertas para ser la leyenda española que es a día de hoy. Él es un artista que empatiza siempre con su público y con todos esos amigos o nuevos cantantes que necesitan su ayuda.
«Llueve Alegría» allí por donde pasa, pero también arte andaluz o esos quejíos característicos de esa tierra que admira y a la que pertenecen sus antepasados. Enseñó su corazón entero, y también, partío. Luchó por su libertad y se convirtió en un poeta musical. Perdió muchas batallas, pero ganó muchas más. Llena estadios y teatros que vitorean su nombre sin descanso. Invita a grandes artistas que nacieron en la industria después de él, a amigos que le guiaron y a niños a los que ha salvado de la miseria. «La música no se toca» y mucho menos la suya, ese legado que quedará por siempre en las almas de todos sus fans y que ya forma parte de la historia musical de España.