A la hora de hablar de prestigio en la música española y no tener que recurrir al pasado de nuestra historia nos viene a la mente un nombre: Rosalía Vila. Es cierto, la cantante ha traspasado fronteras con su autenticidad para mezclar géneros ambiguos con la modernidad de nuestra época, pero esta vez queremos homenajear a dos artistas que también se han convertido en grandes referentes para muchos jóvenes: Aitana Ocaña y Natalia Lacunza.
Hablar de Aitana y Natalia supone contar dos sueños que han despegado con éxito en España y en otras partes del mundo que ya conocen sus letras. Pese a no haber coincidido en la misma edición de ‘Operación Triunfo’, las dos nacieron en 1999 y solo se llevan meses de diferencia. Ninguna ganó el programa presentado por Roberto Leal, pero sí demostraron su gran talento con sus primeros trabajos discográficos de la mano de Universal Music Spain. Suenan sus voces y calla hasta la ciudad más abarrotada para poder disfrutar del arte reencarnado en dos mujeres que empiezan a tener las cosas claras. Viven en un mundo de comparaciones en el que si no tienes éxito, no serás titular de ninguna revista, ni siquiera para que hablen de sus cambios de look o se entrometan en sus vidas privadas.
Ambas son humildes, espontáneas y naturales. Volaron y todos fuimos testigos de metas alcanzadas, así como de esos sueños de dos niñas que crecieron, aprendieron, pero también lucharon hasta hacerlos realidad. Ni Aitana Ocaña, ni Natalia Lacunza hubieran imaginado hace años la repercusión que tendrían en el futuro con sus propias composiciones y sus primeros discos lanzados al mercado. Por separado han sido la revolución de los veranos y los motivos de las numerosas ventas de entradas en cada lugar que pisaban con sus canciones, pero juntas serían un acontecimiento histórico que nadie quisiera perderse bajo ningún concepto.
Tanto Aitana como Natalia tienen un don para combinar su capacidad vocal con esos bailes enérgicos que dejan con la boca abierta a quiénes tienen la suerte de asistir a esos conciertos en los que ellas dan lo mejor de sí mismas. Mientras que a la segunda clasificada de ‘OT 2017’ sus fans ya la han podido disfrutar en la gira Play Tour 2019 este verano, la joven de Pamplona ya cantó algunas de las canciones de su primer trabajo musical en Madrid y se encuentra en la recta final de los conciertos de ‘OT 2018’.
«Spoiler» de la chica del flequillo es un torrente de energía que no tiene límites, es la versatilidad contrastada que habla en inglés y en español de los sentimientos más profundos de una joven que no tiene techo; la misma que posiblemente se convertirá en una artista internacional repitiendo el camino musical de David Bisbal, pero con su esencia y su sello más personal. Aitana Ocaña irradia luz allí por donde pasa. Tan pronto te deja la piel de gallina con canciones como «Con la miel en los labios», «Barro y hielo» o «Vas a quedarte» como que consigue que bailen todos al ritmo de «Teléfono» o «Me Quedo», tema en el que le acompañó su gran amiga, Lola Índigo.
A diferencia de Aitana Ocaña, Natalia Lacunza ha optado por ofrecer a sus fans todas las canciones de su EP en su idioma natal, aunque antes de su entrada en ‘OT 2018’ ya había publicado en Youtube una de sus composiciones en inglés: «Don’t Ask». Pese a que haya quiénes afirman que «Otras Alas» es demasiado similar a los temas musicales de uno de sus referentes, Billie Ellish, ella se ha dejado guiar por lo que dictaba su corazón y ha demostrado que puede pasar de un estilo más desgarrador como «Nana Triste» a otros como «Tarántula» que le permitirá compartir su talento como bailarina con una coreografía pilotada por Vicky Gómez.
Al igual que Aitana Ocaña, Natalia también fue finalista en la edición que tomó el relevo a ‘OT 2017’. Muchos esperaban que ganara por segunda vez una concursante procedente de Pamplona, pero no fue así y quedó en una tercera posición que no define su grandeza sobre los escenarios y su gran calidad vocal sumada a su manera única para interpretar cada uno de los temas musicales. Tanto esta gran compositora de obras de arte como «No te veo» como la dulce voz de «Cristal» han dado una lección imborrable: Las posiciones pasan a un segundo plano. Solo es necesario que confíen en tu potencial, sin que te quiten tu libertad para tomar las decisiones. Ojalá sigan volando alto para que nunca dejen de ser esos dos referentes que nos han dado a conocer parte de su mundo.